Espero que hayáis pasado un buen fin de semana, aunque cuando se está de
vacaciones tampoco hay demasiada diferencia entre un domingo y un lunes. Yo
tampoco la he notado, también he trabajado el domingo.
Os mando unas fotografías del colegio Thau, que es donde rodaremos, alguno
de vosotros no lo habéis visto. Es un lugar luminoso, de grandes espacios,
casi todos comunicados visualmente.
Cuando pienso en escuelas y colegios pienso casi siempre en los sonidos que
han quedado en la memoria, en esos silencios que dominan en horas de clase y
que de pronto se rompen por una explosión de risas en una de las aulas o por
el corretear de un niño por los pasillos o por los sonidos monótonos de una
clase de gimnasia. Depuraremos y limpiaremos al máximo todos esos sonidos,
par darle un valor dramático y narrativo mucho más incisivo.
Espero que las fotografías os ayuden a dar concreción a lo imaginado.
Si ayer os pasé notas sobre la luz natural, estará bien que también os las
pase sobre la luz artificial. Pues aquí están.
Creo que en las escenas nocturnas o interiores con luz artificial deberíamos
intentar utilizar al máximo las luces ya existentes, aquellas de las que se
sirven los personajes para iluminar sus actividades.
Si por si solas no son suficientes las reforzaríamos desde el origen pero
siempre intentando no “adornarlas” o compensarlas con otras fuentes creadas
con ese propósito, al domesticarlas perderían parte de su fuerza y de su
significado.
Pero si que jugaremos con varias fuentes de luz, como habitualmente sucede
en muchas casas. En la cocina puede haber una luz general que viene del
techo y otras puntuales situadas sobre la encimera o bajo el extractor de
humos. Lo mismo sucede en la sala o en las habitaciones, hay luces
generales y también para leer o para crear ambiente. Si rodamos en el piso
que nos gusta llegará luz desde las farolas de la calle … … la combinación
de todas estas fuentes de luz con las acciones de los personajes nos darán
una gama inacabable de posibilidades.
Si mantenemos las luces en un territorio cercano a la cotidianidad, los
reflejos de los objetos incidirán en los personajes: si se acercan a una
pared esa pared les iluminará y les tintará con su color, si abren un libro
para leer, su cara tendrá más luz, que perderá si lo cierran. La luz
dominante estará constantemente matizada por un juego secundario de luces
reflejadas e invisibles que iluminan u oscurecen zonas según sea la
actividad de los personajes. Para conseguirlo creo que es importante
mantener la luz en intensidades bajas.
Esta combinación de luces funcionales y de utilidad doméstica, conseguido
con lámparas dentro de cuadro, crearán espacios, delimitarán territorios,
pueden aislar o integrar, según el uso que hagamos de ellas. En realidad
según el uso que los personajes hagan de ellas.
Para terminar, volvamos al maestro de la sencillez.
"Creo que lo funcional es bello, que la luz funcional es bella. Aspiro a
que mi luz sea más lógica que estética."
Nestor Almendros en “Reflexiones de un cinefotógrafo”
Si os apetece revisitar estos días una buena película os recomiendo Malas
tierras (Badlands, Terence Malick 1973). Es muy inspiradora.
Nan Goldin es una fotógrafa norteamericana, casi todas sus fotografías son
de su entorno, casi una autobiografía. Desde un principio, y después de
Laura Letinsky, ha sido un referente para Dictado. No tanto por los temas
ni por la luz si no por su capacidad para atrapar la realidad, muchas veces
el momento emocional de un instante.
Revisando sus fotos he encontrado tres con espejo ¡dos de ellas en baños!
En la memoria que escribí para presentar el proyecto decía que Dictado se
construye a partir de la duplicidad y de un interminable juego de reflejos
especulares. Así, el presente aparece como un reflejo del pasado y los
adultos lo son de los niños.
Esa idea del espejo como metáfora creo que podemos llevarlo al terreno de lo
real y utilizarlo en nuestra puesta en escena.
Tanto el espejo como los cristales y los reflejos que los velan son
elementos a los que podemos sacar mucho partido.
Un espejo puede incluir al "otro" en el plano.
Puede crear una ilusión sugestiva o engañosa que después podemos
desarrollar.
Puede jugar con la luz reconduciéndola, llevándola donde no existe.
Puede ayudar a desorientar puntualmente si lo necesitamos.
Puede dar profundidad a un campo que no lo tiene.
Puede hacer visibles campos que se nos muestran ocultos.
Pueden ayudarnos a ver lo que sucede en una habitación estando nosotros
fuera, convirtiéndonos en vouyeurs.
… … …
Son tantas las posibilidades que corremos el riesgo de convertirlo en un
instrumento providencial y perdería así parte de su eficacia. Su uso
debería pasar desapercibido la mayoría de las veces, es parte del cuadro y
no se le da notoriedad, su utilización debe parecer casual, si lo
conseguimos sus aportaciones serán mucho más profundas.
La utilización de los espejos en el piso de Daniel y Laura puede ayudarnos a
luchar contra los problemas del espacio y, al mismo tiempo, a componer
planos sugerentes e inquietantes. Hay espejos en los baños, pero también en
las habitaciones o en un pasillo.
Los cristales y sus posibles reflejos serán parte de nuestra realidad a lo
largo del rodaje, tenemos que preguntarnos cómo podemos servirnos de ellos.
Un cristal separa e integra al mismo tiempo dos realidades.
Puede provocar que una realidad invada la otra o que la complemente.
Un reflejo puede ocultar lo que hay detrás del cristal y también puede
mostrar lo que hay delante.
Un cristal puede separar a un personaje, aislarlo e incluso excluirlo.
Nos puede dar una información incompleta, nos deja ver pero nos impide oír.
Vamos a intentar jugar con muy pocos elementos, cuanto más escasos sean más
significación y presencia tendrán.
También me imagino una película muy sobria en la utilización del color,
trabajar con una paleta muy limitada. Ya está resultando así en las
localizaciones que tenemos, la Casona en Galicia, la escuela, el centro
social, el tanatorio … tienen una gama de colores y texturas muy acotadas y
coherentes. También muy rica, sugerente y personal.
La posible casa de Daniel y Laura que hemos visto hoy también sigue esas
pautas de un cromatismo limitado y próximo.
Esta sobriedad tendríamos que trasladarla a el tono del vestuario, incluso
el de los niños en el cumpleaños o los maestros en sus encuentros. No
llevarlo al monocromatismo, no salirse del realismo pero si reconduciendo a
unos tonos variados y ricos pero previamente determinados y acotados.
Cuando decidamos romper esa sobriedad, el color que introduzcamos tendrá un
impacto más perdurable.
Como siempre, esa limitación cromática debe pasar desapercibida al
espectador y siempre tiene que estar situada en un territorio realista y
cotidiano.
Tampoco tenemos que pensar que esa limitación cromática nos tiene que llevar
al territorio de la tristeza o el aburrimiento. Sigo pensando que estamos
haciendo una película oscura en un entorno luminoso y vital.
Se que que las convenciones sociales y familiares alejarán a algunos de
vosotros de la preparación, también se que lo pasaréis muy mal por veros
alejados de las locas, los castings y las reuniones. Pero no sufráis, los
días pasan volando y antes de que os deis cuenta volveréis a estar metidos
en un coche dando vueltas por Barcelona buscando no se sabe demasiado bien
qué.
Las casas, los paisajes, las calles, todos los escenarios que se describen
en el guión, no existen. Son inventados.
Tampoco existen los personajes. No son reales, no sabemos si les gustan los
helados, o la música clásica, o el cine policiaco.
Esa es la única realidad: todo es inventado y nada es real.
Pero vamos a rodar en pisos, casas, calles y paisajes reales, que podemos
ver y tocar. Son lugares en que las personas han vivido, han modificado y
han dejado su huella. Todos tienen una especie de verdad que les pertenece:
el centro social, la escuela, el tanatorio, la casona, … están marcados por
la vida. Vamos a intentar respetar, entender y aprovechar esa vida para
hacerla nuestra, lo haremos con el mínimo esfuerzo.
Nuestros personajes, las cosas que les pasan y nuestra forma de capturarlo
será suficiente para que esa vida que nos encontramos se transforme y se
incorpore a nuestra historia.
También los actores que van a interpretar a los personajes existen, les
gusta un determinado tipo de comida o de películas, tienen sus manías, sus
deseos y sus frustracciones. Son reales. Y vamos a trabajar a partir de esa
realidad, de cosas concretas, cercanas, físicas. No les vamos a pedir que
cambien de piel, vamos a utilizar su realidad personal para construir y dar
vida a nuestros personajes inventados e inexistentes.
Esa es la base de la película, somos como esa gente que va mirando en las
papeleras para ver que provecho pueden sacar a las cosas que encuentran .
Nuestra realidad económica nos va ayudar a meternos en el papel.